No hay posibilidad de solucionar a corto plazo la falta de vivienda asequible para la población de Baleares. De seguir con la tendencia actual, se tardarían más de tres años en crear vivienda asequible en las islas. Así de contundente son las conclusiones del informe sobre la actividad del sector inmobiliario en 2022 y perspectivas para el 2023, presentado hoy por la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Baleares (PROINBA).
Los promotores hacen una predicción muy negativa para el mercado de vivienda de residentes en el archipiélago. No hay suelo disponible, se ha eliminado todo el suelo urbanizable con posibilidad de construir vivienda asequible, y la tramitación sigue ralentizándose, alcanzando los dos años. Entre los motivos, los promotores apuntan la inseguridad jurídica.
El presidente de PROINBA, Luis Martín, ha declarado que "en las circunstancias actuales cada vez va a ser más complicado poder hacer vivienda asequible". Además, ha añadido que "existe suelo donde se puede hacer vivienda de protección oficial o vivienda de precio tasado, pero este suelo está en desarrollo desde hace unos 15 o 20 años y no se consiguen terminar las tramitaciones".
Según las estimaciones de los promotores, el precio de vivienda nueva está ahora en 1.400 el metro cuadrado en Baleares, mientras en Palma, el precio de metro cuadrado es de 3.000 euros. El vicepresidente de PROINBA, Óscar Carreras, ha asegurado que "los precios de la vivienda no van a bajar, también por la falta de stock y la subida de precios de los materiales".
Además, la pendiente modificación de los planes urbanísticos de Palma y Calviá han provocado un parón total de los suelos urbanizables. En Palma hay 8.000 viviendas bloqueadas. Los promotores rechazan las medidas que estudia el Govern, tanto la limitación de venta a no residentes como el tope a los alquileres, y exigen, de nuevo, un consenso político de larga duración, crecimiento en altura y más ayudas y garantías para los compradores de viviendas VPO.