El frente del violento caudal acumulado en el monte por la lluvia torrencial del 9 de octubre entró a Sant Llorenç con una altura de hasta 4 metros y en la parte baja del pueblo, donde causó los mayores daños materiales y mató a varias personas, alcanzó los 5 metros.
La avenida que arrasó inmuebles y vehículos en Sant Llorenç se llevó por delante al niño Arthur, que, por octavo día consecutivo, está siendo buscado hoy por 290 especialistas, centrados sobre todo en el tramo de cinco kilómetros de torrente entre Sant Llorenç y Son Carrió.
El director general de Emergencias del Govern balear, Pere Perelló, ha señalado que, en paralelo a los efectivos de búsqueda y rastreo, hay otros 156 profesionales trabajando en la reconstrucción tanto en Sant Llorenç como en otros núcleos de la comarca, como Canyamel, donde desemboca otro de los torrentes afectados.
Al niño desaparecido se le busca en doce puntos del cauce y de los márgenes desbordados del torrente, la mayoría en el primer tramo, aunque también en el segmento entre Son Carrió y S'Illot y en el litoral y en las primeras millas marítimas junto a la desembocadura.
En concreto, buceadores del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil trabajan entre la desembocadura y Cala Morlanda, donde se halló una mochila de Arthur, y dos embarcaciones actúan desde el mar.
Los técnicos decidirán hoy si se derriban seis casas en Sant Llorenç, dos en Son Carrió y dos en S'Illot gravemente dañadas por la riada. Además hay otras 300 viviendas afectadas que están revisando arquitectos y aparejadores, la mayoría voluntarios.
El portavoz de la Guardia Civil en Baleares, el cabo Paco Molina, ha detallado que más de la mitad (150) de los efectivos de búsqueda del niño desaparecido son miembros del instituto armado. Asimismo, en el rastreo participan dos perros adiestrados para localizar cadáveres.