En Canarias solo sobrevive en condiciones el trabajador público o el directivo de a empresa privada. Esta es la triste realidad de aquello que en otro tiempo algunos definían como 'Las Islas Afortunadas' en donde los jóvenes presumían de ser una suerte vivir aquí. La realidad de la vida es que con los sueldos más bajos de España que normalmente no sobrepasan los 1.200 euros netos al mes, familias enteras se enfrentan al drama de la exclusión social por el mero hecho de desarrollar empleos en el sector servicios relacionados sobre todo con el turismo.
Muchos se preguntan como es posible que con una llegada masiva de turistas que sobrepasó en los primeros 4 meses del año los 5 millones y medio de personas y con una facturación de más de 8.500 millones las islas tengan la tasa de pobreza más alta de España y una de las más preocupantes de toda la zona euro.
Este escenaro no es ninguna novedad pero se ha visto agravado desde el final de la pandemia con el precio desorbitado de los alquileres de viviendas y el sueño inalcanzable de acceder a una hipoteca. Pero no hablamos solo de trabajadores, vamos a llamarlos, de escasa cualificación. Funcionarios, policías nacionales, docentes y hasta médicos se enfrentan a poblemas serios derivados del coste de la vida en Canarias que se ha disparado desde el año 2021.
Que es un 'trabajador pobre' y como hemos llegado a esta situación
La ONG Sonrisas Canarias realiza su trabajo desde hace muchos años en la isla de Tenerife. Su principal labor es atender a familias que son derivadas por los servicios sociales de los ayuntamientos y en la sede de Santa Cruz de Tenerife acceden a paquetes de aliemntos básicos.
Vienen a por sus paquetes de comida con el uniforme de trabajo, es terrible
En una entrevista en La Brújula de Canarias con Óscar Martín, el presidente de esta ONG habla de personas de entre 35 y 55 años, en muchos casos familias en las que trabajan las dos cabezas principales, gente que viene vestida con su uniforme de trabajo y la cabeza agachada avergonzados por estar en una cola del hambre.
Desde finales del año pasado acuden familias donde trabajan los dos conyugues y no llegan a fin de mes tras pagar hipoteca, coche, y medicinas. No les llega para comer
Febles se ha referido a casos terribles como el de una familia en donde 11 personas, 4 generaciones, viven hacinadas en un piso de dos habitaciones por el que pagan 700 euros en Ofra.
La ONG tiene serios problemas para distribuir alimentos
Febles ha descrito como antes distribuían hasta 100 toneladas de comida que llegaba gracias a la Unión Europea pero ahora se asignan tarjetas monedero por parte de la Cruz Roja y no es suficiente. Ahora, ni alimentos ni subvención. El años pasado atendieron a 3760 familias , unas 13.187 personas pero este año, al ritmo que llegan creen que serán un 15% más.
Otra realidad triste son los jubilados y personas mayores que mal viven con una pensión claramente insuficiente y a los que acompañan sus propios nietos a buscar cajas de alimentos básicos y que se unen a la triste realidad de los 'trabajadores pobres'. Febles relata como algunas venían desde Icod a por sus alimentos diários. Desde la ONG advierten de que las administraciones están desbordadas y dependen de las organizaciones que lo hacen de forma altruista y estas reciben cada vez menos ayudas.
Escucha aquí la entrevista completa de Óscar Martín en La Brújula de Canarias a Luis Febles, Presidente de la ONG Sonrisas Canarias.