Conocí al poeta cubano Manuel Díaz Martínez, residente en Gran Canaria desde 1992 hasta su fallecimiento que en un mes hará un año, hace más de una década en la Facultad de Filología de la ULPGC. Acudí a recitales suyos y fue un honor organizar un acto en el Gabinete Literario en el que jóvenes interesados por las palabras y su embrujo acudíamos al maestro para aprender oyéndolo.
La Unión Deportiva ha salvado la categoría en Cádiz, ha puntuado y con ello volverá el año que viene a jugar en Primera División. El equipo estuvo serio, concentrado, sabedores de lo que estaba en juego. Apenas un par de centros y una revisión del VAR tras un gol anulado por fuera de juego previo fue el bagaje ofensivo del Cádiz. Al acabar el partido, con el barullo de imágenes mezclando la alegría canaria y la tristeza gaditana recordé el último verso de un poema hermoso de Díaz Martínez: “sólo un leve rasguño en la solapa” porque así fue el partido. Hubo mucho drama, dentro y fuera, el Cádiz, en un día clave tenía que ir con todo, tiró de empuje, pero menos del esperado y la UD supo jugar con eso y sacar el puntito que necesitaba para seguir en la élite.
El lunes cumplirá 100 días de la última victoria, pero tras este drama numérico ahora coge más fuerza lo que se sumó en la oleada buena
Aquella racha quimérica, impensable, muy por encima de las expectativas y, posiblemente, del valor real de la plantilla sirvió de gasolina para hacer el viaje más placentero. Ahora, con la felicidad del objetivo conseguido, toca repensar el camino. Ver qué peaje se ha pagado en el trayecto, con qué equipaje se cuenta para el que viene, qué ropa empleada te sirve para las próximas batallas, aunque le tengas cariño. Qué rendimiento le puedes sacar a esa otra piecita que que, como dijo el maestro, sólo tiene un leve rasguño en la solapa.