La subida del nivel del mar ocasionada por el cambio climático afectará ya a la totalidad del litoral de Canarias en 2030 y puede privar a las islas de entre el 48 % y 80 % de sus playas al final de siglo, en función de cómo evolucionen las emisiones de efecto invernadero.
Es la advertencia que lanza Greenpeace en el informe “Crisis a Toda Costa 2024. Análisis de la situación del litoral ante los riesgos de la emergencia climática”.
El grupo ecologista expone que los riesgos por exceso de urbanización e infraestructuras, contaminación, la construcción de barreras artificiales y el soterramiento de barrancos “producen desequilibrios que se traducen en el retroceso y la pérdida de las playas”, y con ellas, su función protectora.
Según previsiones de la NASA, subraya Greenpeace, la subida del nivel del mar ocasionara la pérdida de playas en la totalidad del litoral, pues se estima que por cada centímetro de subida marítima, la costa retrocederá un metro.
En este informe, los ecologistas alertan de que a corto plazo, para 2030, las islas de La Graciosa, Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, La Gomera y La Palma verán afectada la totalidad de su litoral por la subida del nivel del mar.
En Tenerife, se librarán de ese efecto la mitad del norte de la isla, pero la subida del nivel del mar también ocasionará problemas en los municipios del sur ya en 2030.
Se estima que por cada centímetro de subida marítima, la costa retrocederá un metroSegún los datos estimados por Greenpeace, en torno al 48 % de la superficie de las playas de Canarias se perderá con la subida del mar hacia finales de siglo en un escenario de emisiones bajas y hasta el 80 % si se mantienen las emisiones altas.
La Agencia Europea de Medioambiente ha advertido de otro peligro, como es “el trío letal”: el aumento de la temperatura del mar, la acidificación del agua por la disminución de los niveles de oxígeno y la contaminación.
Todo ello, añade, tiene un impacto sobre la biodiversidad y los ecosistemas marinos, así como sobre la pesca.
El aumento de la temperatura del mar, la acidificación del agua por la disminución de los niveles de oxígeno y la contaminación
Greenpeace señala a la turistificación como la causa de la destrucción del litoral canario y cita como ejemplos los proyectos para construir un hotel en La Tejita y una urbanización en el Puertito de Adeje, en ambos casos en Tenerife, y la situación del hotel Riu Oliva Beach, levantado sobre las Dunas de Corralejo, en Fuerteventura.
A ello se suma la contaminación por vertidos en las islas, pues según Greenpeace el 72 % de los puntos de vertido al mar en Canarias no están en autorizados y, en algunas zonas, como El Médano en Tenerife, no hay sistema de depuración alguno, provocando graves infecciones en los bañistas.
Los plásticos, un problema añadido
El exceso de plásticos también afecta las aguas canarias. Los ecologistas subrayan que se calcula que en el entorno de las islas hay un mínimo de 50 millones de partículas de microplástico por cada kilómetro cuadrado de océano, que se reparten desde la superficie hasta profundidades de más de 1.000 metros, formando así una cortina de un kilómetro de grosor que rodea y contamina.
Los tres arenales con mayor presencia de microplásticos son los de Lambra (La Graciosa), el Porís (Tenerife), y Arenas Blancas (El Hierro).
Entre las soluciones para enmendar la situación, Greenpeace cree necesario aplicar políticas ambiciosas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, poner coto a la turistificación masiva con la limitación de vuelos y cruceros, implantar ecotasas, impedir la construcción de infraestructuras urbanísticas que generen barreras artificiales y promover la investigación científica.