Rafa Lesmes ha visitado los estudios de Onda Cero en Las Palmas de Gran Canaria para compartir la alegría de su segundo triunfo categoría en la categoría de Camiones del Dakar. "Solo estar es un gran éxito era impensable ganar dos ocasiones consecutivas", refirió durante la entrevista.
El Elefante Rosa es un proyecto solidario, un camión con un color característico con el que Lesmes pretende con éxito visibilizar la lucha contra el cáncer de mama en hombres. Su triunfo ha sido celebrado en las islas y el piloto grancanario se toma un tiempo para decidir cuál será el futuro de su proyecto deportivo.
Sumar al mensaje social, que siempre ha sido el objetivo principal del equipo, el extraordinario éxito deportivo de ganar un nuevo Dakar Classic en la modalidad de camiones, superando las numerosas adversidades que se han encontrado por el camino, en forma de piedras, dunas, arena, e incluso una densa niebla en la penúltima etapa de la carrera, además de los conocidos problemas mecánicos de la fuga de combustible en su tanque de gasoil o con la tornillería de fijación de los amortiguadores, es un logro impensable antes de emprender la primera prueba de la carrera y que se ha coronado con una novena plaza en la general del Classic, de entre los cien participantes en la edición recién terminada de 2025.
Lesmes destaca la labor de equipo, destacando que ha sido fundamental la labor en la navegación de la madrileña Tabatha Romon y del mecánico burgalés Albert Casanoba, junto a todo el apoyo logístico de TH-Trucks, que han permitido al equipo del Dakar por la Vida ser el gran dominador de su categoría en esta edición de 2025. “Ha sido durísimo, muy trabajado y ahora valorado. Son casi 8.000 kilómetros de recorrido en Arabia Saudí, no fue un paseo. Hacíamos una media de 21 horas al día en el camión, llega un momento en el que no existe otra cosa”, explica el piloto durante la entrevista.
Lesmes ejemplifica esa dureza del Dakar asegurando que su mecánico “dormía menos de cuatro horas al día y así 15 días seguidos, yo intentaba dormir al menos seis horas. Desde el domingo pasado duermo en mi cama, pero mis sueños siguen siendo del desierto. Cuando vuelves hay un período de tiempo hasta que te acostumbras de nuevo a la vida occidental, tenemos una maravilla de vida, sin complicaciones, te preocupas por cosas de las que allí te reirías”.
De su experiencia en Arabia reconoce que lo que quería “era terminar y ya luego ver cómo vas en la carrera, en cualquier segundo te quedas fuera. Laia Sanz el primer día, fuera, Carlos Sainz el día tres fuera, Loeb también… Dentro de mi equipo volcaron tres coches”, y que los problemas y averías en el desierto son constantes: “Todos tuvimos problemas, afortunadamente nosotros os pudimos solventar, pero la mitad de los que empiezan la carrera, no la terminan. Vives muchas anécdotas. Te puedes quedar tirado en un desierto que es más grande que todas las Islas Canarias, con un ‘bicho’ de diez mil kilos y sin gasoil es feo. Intentas mantener la cabeza fría, el Dakar requiere mucha fortaleza mental, vas más allá de límite que te has marcado tú mismo”
