El partido de la Unión Deportiva Las Palmas fue tan memorable, tan emocionante que no merece la pena quedarse con el regusto final, con ese último bocado del bocadillo que se te cayó al suelo cuando más te estaba sabiendo, con ese regusto del pan mojado en la salsita de la pechuga que estabas visualizando para la última mordida y se te acaba cayendo. Con ese penalti que provoca el homenaje de Gündogan al miliciano muerto de Robert Capa o el brazo de Hulk que tiene, de repente, Sinkgraven para generar tan increíble salto. También creo que el mayor eufemismo que existe en el mundo del fútbol actual es ese saco sin fondo que se llama “interpretación”.
El árbitro ve algo, considera algo, vale, pero no acude a refrendar algo que ha visto porque su ego es mucho más trascendente que la justicia o no de su decisión
Si él va, lo ve y lo explica aquí solamente estaríamos diciendo que hubo un penalti y que Las Palmas perdió, pero sin explicación, así, sin más, suena a regalo fácil al grande. Y no es sólo la rabieta de un aficionado: Kirian, con sus educadísimas palabras, tres minutos después de terminar el partido, así lo atestigua.
La primera parte de Las Palmas se asemejó a cómo debería jugar el Barcelona. La UD salía de la presión adelantada del equipo culé con un juego de pases fantásticos que generaban ventajas en ataque. La presión que ejercían en la salida del Barcelona tanto Javi Muñoz como Sandro o Munir generaba ciertas dudas y provocaba que todo su juego de ataque se ciñera a balones al espacio de Alejandro Balde. El arreón del Barcelona en la segunda mitad acabaría llegando y tocaba sufrir, Las Palmas respondía con tesón, con seguridad, con la sensación de estar disfrutando en el barro.
El gol que desencadena el empate no puede ser más desafortunado: un despeje de Coco que acaba impactando en Lewandowski sin querer y que llega manso a Ferrán Torres que la cruza
Creo que ya podemos decir que la UD ha pasado por Primera y la Primera ya ha pasado por la UD. Fue un partido — acontecimiento, un partido que- no -es — sólo-un- partido. Esos días en los que todo es esos 90 minutos. Un partido que si la UD sigue la tónica que ha tenido volverá a ser cotidiano.
La UD compitió como nos tiene acostumbrados, es un señor equipo este de García Pimienta que acaba la primera vuelta en el puesto 10, con 25 puntos a 10 del descenso. Queda mucho, pero se han dado buenas zancadas en esta primera parte de la temporada.
