La cueva de La Garma sigue dando muchas alegrías. La última se ha dado a conocer este jueves en el Museo Arqueológico Nacional. Se trata de una cabaña paleolítica construida hace 16800 y cuyo descubrimiento ha requerido dos años de trabajo continuo de un equipo interdisciplinar dirigido por los investigadores Roberto Ontañón y Pablo Arias.
Según Pablo Arias, “puede imaginarse algo parecido a un tipi de los indios de las praderas”. Así, ha explicado Arias que la cabaña ocupa un espacio oval de unos 5 metros cuadrados, delimitado por una alineación de bloques de piedra y estalagmitas que fijaban al suelo una estructura de palos y pieles apoyada contra una cornisa de la pared de la cueva.
En el centro de la cabaña había una pequeña hoguera, alrededor de la cual se ha encontrado multitud de vestigios de las actividades cotidianas del grupo de cazadores y recolectores magdalenienses que la habitó: fabricación de instrumentos de piedra, asta y hueso, procesado de las piezas de caza, trabajo de las pieles, etc
Además, se han documentado 4614 objetos, en su mayor parte huesos de ciervos, caballos y bisontes, pero también 600 piezas de sílex, azagayas, agujas y un protoarpón, así como conchas de moluscos marino.
La Garma es un excepcional conjunto arqueológico, incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, en el que, desde su descubrimiento en 1995, se desarrolla un ambicioso proyecto de investigación, financiado ininterrumpidamente por el Gobierno de Cantabria y que en 2021 recibió el Premio Nacional de Arqueología y Paleontología Fundación Palarq.