"Las personas que tienen obesidad segregan menos dopamina por una cuestión fisiológica y, por tanto, necesitan más cantidad de comida para tener sensación de saciedad. Aunque les pongas a dieta, su cerebro seguirá teniendo hambre. No deberían sentirse culpables por ello. Hay que preguntarle a la mente qué tipo de hambre tiene".
La divulgadora estará en la Casa del Libro el viernes, 26 de abril (18 h.) para presentar esta nueva publicación. "Identifico los diferentes tipos de dietas con un semáforo. No todas las dietas son para todo el mundo y no todo el mundo puede hacerlas sin alguien a su lado que le aconseje".