Nano Riego es uno de los pocos "tamareños" cántabros. Se cuentan con los dedos de una mano los surfers que se meten en la zona de La Cantera de Cueto con cierta asiduidad. "Es un sitio peligroso, hemos surfeado allí alejados de la mano de Dios sin tener apoyo de moto, sin tablas e inventos adecuados, sin chalecos de impacto hace años pero vas cogiendo experiencia y nos gusta mucho, es nuestra pasión. No hay que dramatizar, La Vaca nos ha dado más alegrías que sustos", cuenta.
Todo cambia el día del campeonato, con una repercusión brutal. "Te sientes un gladiador que va al circo y todo el mundo te ovaciona, los niños se quieren hacer una foto y gente que ni conoces te transmite mucho cariño o te pregunta. Es algo muy especial", afirma.
Repasamos con Nano Riego algunos aspectos de una modalidad del surfing en auge apta solamente para valientes que deber ser muy fuertes en el aspecto mental.