Del Informe de InfoJobs sobre Salarios en B se desprende que un 25% de los jóvenes menores de 24 años asegura haber recibido parte o todo su sueldo en “negro” durante los últimos tres años. Además de la ilegalidad de esta práctica, la problemática más relevante para los profesionales que cobran parte de su sueldo en B es que se pueden perder todo o parte del derecho a paro, recibir menores prestaciones de la Seguridad Social, e, incluso, afectarles también a su jubilación. Además, según recoge este estudio, existen dos condicionantes clave para el cobro en B: las empresas que no dan otra alternativa y los salarios bajos que obligan a los empleados a buscar alternativas en la economía sumergida.
Esta realidad está muy presente en nuestro país. Tanto es así que nos situamos a la cabeza de los países europeos occidentales en cuanto a economía sumergida (históricamente se ha estimado entre el 15% y el 25% del PIB[1]). Y es que 1 de cada 5 españoles estaría dispuesto a recibir su sueldo en “negro”, manteniéndose la tendencia respecto a los resultados obtenidos el año anterior. En este sentido, resulta interesante destacar que el impacto de la pandemia no ha generado un repunte en la economía sumergida, pese a que pudiera considerarse una consecuencia para sobrellevar las precarias situaciones de los trabajadores españoles.
Las conclusiones que se extraen de este estudio por razones de género, edad, nivel educativo y categoría profesional son diferenciales, pero destaca un denominador común: a más paro, mayor posibilidad de recibir ingresos ocultos. La predisposición a cobrar el salario en B es superior entre los desempleados, donde llega a un 35%.
En este sentido, Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs, afirma: “La apuesta a largo plazo por el empleo de calidad, la educación y formación, y el desarrollo de políticas públicas que beneficien a los colectivos más perjudicados por la pandemia (desempleados, jóvenes, autónomos, pymes, etc.) permitirá abandonar la precariedad laboral y consolidar la recuperación económica”. Pérez concluye: “Esta radiografía refleja que el empleo -y la calidad de éste- puede ser un factor determinante para luchar contra la economía sumergida”.
Los encuestados más jóvenes, de entre 16 y 24 años, constituyen el colectivo con mayor voluntad a cobrar en B (40%). En cambio, sólo un 14% de los mayores de entre 45 y 65 años aceptaría esta práctica y, asimismo, se observa que sólo un 8% de ellos afirma haber recibido este tipo de ingresos en los últimos tres años.
Entre los que recibieron salario en B en los últimos 3 años también hay ligeras diferencias por género y ocupación; no obstante, destaca la cantidad recibida. Un 15% de mujeres han percibido más de la mitad de su salario en B, frente a un 7% de los hombres.
La población activa española que afirma recibir este tipo de ingresos alude a que la empresa no le da otra opción (50%). Es también el principal motivo al segmentar por edades, ocupación, por nivel laboral y por nivel de estudios.
El segundo motivo que cita un 29% de los encuestados es la necesidad de completar su salario. Mientras que un 12% apunta a no querer pagar impuestos desproporcionados, un 6% señala no querer perder la prestación por desempleo.
Por otro lado, resulta relevante que un 35% de los autónomos afirme que cobra en B porque no quiere pagar impuestos, ya que los considera abusivos; un porcentaje 23 puntos porcentuales más elevado que la media.