Una vez que Patrimonio confirmara que eran restos humanos con un posible valor arqueológico, se procedió a la contratación de un equipo de arqueólogos locales. Sus primeras investigaciones en el terreno ya han arrojado nuevos hallazgos que ponen de manifiesto que los restos pertenecen al cementerio/osario del antiguo Convento de San Agustín, que estuvo en funcionamiento entre los siglos XVI al XVII.
En concreto, y con los restos hallados, todo parece indicar que se han localizado al menos diez individuos. De éstos, al menos dos se encuentran en posición anatómica, es decir, que no se han movido. El resto de lo hallado son cráneos y huesos largos que están en posición secundaria, es decir, que se han removido por la acción de los árboles y otras actuaciones en la zona.
Además de restos óseos, se han encontrado diferentes restos de cerámica que concretan aún más la cronología entre los siglos XVI y XVII, y que parecen indicar que se trata más bien del cementerio del Convento que de su osario.
Entre los restos cerámicos, destacan loza de Talavera de la Reina, escudilla de orejetas de reflejos dorados, y otros restos con procedencia de Manises. Además, se ha localizado material metálico como hierro y bronce.
La localización de todos los restos ha tenido lugar en la misma ubicación donde ya se localizaron los cráneos, las inmediaciones de la Plaza del Altozano, a la altura del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, en la calzada del Paseo de la Libertad. Los restos se han encontrado a poca profundidad, aproximadamente a un metro bajo tierra.
Las obras de renovación de las redes de abastecimiento de agua potable y de saneamiento en el centro de la ciudad continúan adelante, excepto en la zona concreta en la que se han encontrado los restos óseos hasta que finalicen los trabajos de excavación por parte de los arqueólogos.