Inmersos en una nueva crisis, en esta ocasión de tipo inflacionista, Cáritas Albacete advierte del incremento de personas en situación de vulnerabilidad extrema atendidas. Esta realidad ha llevado a Cáritas a trabajar desde tres pilares básicos: la dignidad, la autonomía y la libertad de las personas más vulnerables. Por ello han redoblado esfuerzos para que las personas a las que acompaña puedan acceder a productos de alimentación, higiene, farmacia o material escolar de forma digna, a través de Tarjetas Monedero. A través de esta herramienta, las familias pueden comprar lo que necesitan de acuerdo a sus propias peculiaridades culturales, sociales, sanitarias y en aquellos establecimientos de su barrio o pueblo que deseen. Esta herramienta, junto a los economatos, ha llegado a 835 familias en situación de gran vulnerabilidad en lo que va de año, un 21% que en el mismo periodo de 2021.
El secretario general de Cáritas Diocesana de Albacete, Antonio García Blanquer, se ha referido al informe ‘El coste de vida y estrategias familiares para abordarlo’ de la Fundación FOESSA, y ha señalado que tres de cada diez hogares en España tienen unos ingresos muy por debajo a lo que necesitarían para tener unas condiciones de vida dignas, que, tal y como ha asegurado García Blanquer, van más allá del acceso a los alimentos, y contemplan otros bienes como la vivienda, su equipamiento o suministros, y el acceso a derechos como la educación, el ocio, los gastos sanitarios o la atención a la dependencia.
Presupuesto de Referencia para unas Condiciones de Vida Dignas
Para ello, Cáritas propone la construcción de un Presupuesto de Referencia para unas Condiciones de Vida Dignas, que establece el presupuesto mínimo que una familia necesita para vivir con dignidad en función de sus características. García Blanquer ha señalado que las familias a las que Cáritas acompaña concatenan muchas dificultades y afrontan su falta de capacidad económica a través de diferentes estrategias: Siete de cada diez hogares vulnerables han renunciado o reducido sus gastos en ropa y calzado y casi la mitad han recortado el presupuesto familiar en alimentación, hasta el punto de que una cuarta parte no puede llevar la dieta que necesita por cuestiones médicas, y el 18% de hogares con niños ha dejado de usar el comedor escolar por no poder costearlo. A esto se suma que seis de cada diez hogares han reducido el consumo de electricidad, agua o calefacción, y un 22% ha pedido ayudas para pagar sus suministros.