Unas de las consecuencias de la sequía que afecta a zonas de prácticamente toda España es la escasez de paja, lo que está motivando un gran incremento de su precio.
Ante esta situación, el presidente de la cooperativa albaceteña Champinter, Elías Olmeda, indica que la producción de champiñón depende de la paja, para la elaboración de compost, por lo que esta subida de precios complica “enormemente” el mantenimiento de dicha producción. Olmeda ha señalado que en España la paja se emplea además de como alimento de la cabaña ganadera y para la producción de champiñón para la generación de biomasa con destino a energías renovables.
El presidente de Champinter (una de las principales productoras de champiñón de España) apunta, además, que muchos de los proyectos de energías renovables son subvencionados por las distintas administraciones, por lo que su acceso a la paja resulta más viable que para productores de champiñón o ganaderos. Afirma que como esta situación prosiga “al final la paja no va a llegar ni al ganadero ni a los productores de champiñón, o lo va a hacer a precios inviables”.
En ese sentido, advierte que en Europa ya hay países que han dejado de producir champiñón por falta de compost y ha detallado que se dan varias circunstancias para esta situación: sequía, guerra en Ucrania, precios de combustibles y energía, principalmente gas, que está motivando que se destine más subproductos como la paja a la generación de energías renovables.
Además, los países de Oriente Medio han incrementado la compra de paja para alimentar a sus animales mientras que otro factor es que el transporte de la paja antes era más complejo, pero actualmente se prensa y se pueden transportar miles de toneladas vía marítima. Elías Olmeda va más allá y señala que hay otra amenaza: la nueva normativa que prohíbe y reduce el uso de plásticos, lo que significará que los fabricantes de este tipo de envases mirarán hacia la paja para fabricarlos de cartón, ya que la paja contiene celulosa y es válida para este tipo de embalajes.
Además, las cosechadoras más modernas pican la paja más fina, lo que supone otro problema, al reducir producto para el mercado. Para el presidente de Champinter “vamos hacia un desabastecimiento de paja, con el consiguiente problema para ganaderos y productores que emplean compost, como el sector del champiñón”, y por eso considera que esta posible ‘guerra de la paja’ debe ser abordada con urgencia por las administraciones.