Un calor intenso que será complicado de sobrellevar ya que las temperaturas serán altas durante el día y también por la noche. El aire acondicionado se puede convertir en un gran aliado, pero teniendo en cuenta el precio de la electricidad de los últimos días, ¿es posible ahorrar mientras lo usamos? Aldro Energía da las claves para soportar la ola de calor sin que suponga un aumento excesivo de la factura de la luz y, por lo tanto, un coste desmesurado. En verano el gasto en electricidad se dispara por el uso del aire acondicionado y puede suponer hasta un 10% del consumo energético total de la vivienda, pero la clave está en elegir la temperatura adecuada para mantener un ambiente confortable sin tener ni calor ni frío, y evitando que ese consumo sea aún mayor.
¿Cuál es la temperatura perfecta para el aire acondicionado? Según la OCU, en verano la temperatura de estos equipos debe situarse entre los 23 y los 26 grados y, aunque esta temperatura puede parecer demasiado alta, no hay que olvidar que en verano se viste con ropa fresca, y que la diferencia de temperatura entre el exterior y la estancia en la que nos encontramos debe ser inferior a 12 grados. Por otra parte, cuando hace mucho calor, la tendencia al llegar a casa es poner el aire acondicionado a una temperatura baja para conseguir refrescarse con mayor rapidez, sin embargo, el consejo es esperar a que el cuerpo se aclimate antes de regular el termostato de los equipos de climatización. ¿Qué sucede si se pone a 18 o 19 grados? La sensación de frío aumentará y será más probable tener resfriados o sequedad de garganta y, además, por cada grado extra que descienda la temperatura, la factura aumentará alrededor de un 8%.
Además de controlar la temperatura del aire acondicionado, aquí van unas cuantas pautas para hacer un uso más apropiado y eficiente de estos equipos en el hogar:
• Elegir modelos eficientes. Resulta primordial fijarse bien en la etiqueta energética, ya que los clasificados como A (A+, A++ y A+++) pueden posibilitar el ahorro de hasta un 60% de energía frente a equipos con clasificación más baja.
• Mantenimiento del aire acondicionado. Es fundamental limpiar los filtros para que estén en buenas condiciones.
• Utilizar el modo ECO y noche. Ayuda a consumir menos energía, y programar el aparato para que se apague de forma automática después de unas horas evitará su uso innecesario. A pesar de las temperaturas elevadas, podemos acompañar el uso del aire acondicionado de otros hábitos, con el fin de que evitar tenerlo todo el día en funcionamiento. Cuestiones básicas como revisar el aislamiento de la vivienda, cerrar puertas y ventanas, bajar las persianas durante las horas centrales del día para mantener la casa en penumbra o ventilar a primera hora de la mañana, contribuirán a que el hogar esté a la temperatura perfecta sin que el gasto energético se dispare.