La Guardia Civil de Albacete, dentro del marco de la operación “AVALON”, ha detenido a dos personas como presuntas autoras de un delito de homicidio y otro de robo con violencia en casa habitada, ocurridos en la localidad albacetense de Alborea en el mes de noviembre de 2014. Hace 8 años la Guardia Civil tuvo conocimiento del posible homicidio de una persona, cuando los familiares de un vecino de Alborea, de 70 años de edad, comenzaron a preocuparse al no haberlo visto durante algunos días por la localidad. Por este motivo uno de los sobrinos accedió a su vivienda, hallando el cuerpo sin vida de su tío tendido en el suelo de la cocina. Una vez llegaron los agentes de la Guardia Civil apreciaron que la muerte podría haber sido violenta, por lo que se planteó la hipótesis de un posible homicidio.
Por tal motivo, iniciaron la inspección técnico-ocular de la vivienda la cual apuntó a que los autores habían accedido al inmueble con la intención de robar. Por otro lado, en la autopsia practicada a la víctima, los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Albacete apreciaron que el cuerpo presentaba múltiples traumatismos que constituían la causa directa de su muerte.
Como con secuencia de la muerte violenta se realizó un estudio completo del cadáver logrando, gracias al minucioso trabajo de los facultativos, hallar restos de ADN perteneciente a uno de los presuntos autores.
Restos genéticos coincidentes
Igualmente, del trabajo realizado por el personal del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil sobre las muestras obtenidas en la autopsia concluyó que esos restos genéticos eran coincidentes con otros no identificados encontrados en un robo con fuerza ocurrido en el interior de un domicilio de la localidad de Teruel.
Esa línea de investigación permitió identificar a un varón de nacionalidad rumana relacionado con los hechos investigados en la capital turolense, que había estado residiendo y mantenía vínculos con la comarca de la Manchuela, en la que se ubica la localidad de Alborea, escenario del homicidio investigado.
Ante tales circunstancias, se analizaron más de 2.000 perfiles en distintas redes sociales pertenecientes al círculo familiar, laboral y de amistades del sospechoso, consiguiendo acotar un reducido grupo de personas como posibles participantes en la muerte del vecino. El resultado de ello fue la identificación de otro varón de nacionalidad rumana que, en base a los diversos indicios, pudiera tener relación directa con el homicidio investigado a falta de la comprobación de datos genéticos.
Los intentos de localización de esta persona llevaron a saber que posiblemente se encontrase afincado en Rumanía o Centroeuropa, por lo que se hubieron de buscar alternativas para conseguir una muestra biológica. Así, el desarrollo de la investigación localizó una muestra genética del sospechoso ubicada en un banco de sangre de los servicios de salud de la Comunidad Valenciana. Tras obtener la preceptiva autorización judicial, se realizó el cotejo de esa muestra de sangre con la genética hallada en el cuerpo sin vida de la víctima, resultando finalmente coincidentes.