AGRICULTURA

En riesgo el 50% de la superficie de viñedo de alta calidad de la región por el cambio climático

Así se desprende del primer gran estudio divulgativo en torno a la evolución del clima y sus impactos en nuestros viñedos, olivares, campos de cereal y dehesas, presentado por COAG en Albacete

Redacción

Albacete | 16.05.2022 06:06

Viñedo
Viñedo | Onda Cero

El cambio climático ya pasa factura al campo español: cada año se pierde el 6% del valor de la producción, más de 550 millones de euros. Así se desprende del primer gran estudio divulgativo en torno a la evolución del clima y sus impactos en nuestros viñedos, olivares, campos de cereal y dehesas, presentado por COAG en Albacete. Bajo el título “Empieza la cuenta atrás. Impactos del cambio climático en la agricultura española”, el responsable del Departamento de Riesgos Agrarios de COAG y autor del estudio, Pablo Resco, ha presentado los resultados más relevantes de sus años de investigación en torno a la literatura científica ligada a los efectos en los cultivos mediterráneos del calentamiento del planeta, en un acto de presentación que contado con la participación del consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de CLM, Francisco Martínez Arroyo, y el responsable de Acción sindical de COAG nacional, Andoni García.

Una subida media de las temperaturas de 2ªC hasta 2050 incrementaría de forma exponencial el importe de la “factura climática”: reduciría un 20% de la superficie de viñedo de alta calidad en España, un 15% los rendimiento en trigo en el centro y sur peninsular y, en el caso del olivar, únicamente la variedad picual podría mantener los rendimientos en secano en las zonas interiores de cultivo. Además, los recursos hídricos disminuirán un 11% una vez se alcancen los 2°C de calentamiento y una mayor incidencia de plagas y enfermedades podría llegar a aumentar en un 60% las pérdidas actuales en el caso del trigo. Las dehesas de encina podrían llegar a desaparecer en grandes zonas de la mitad sur.

Efectos en el viñedo

El viñedo es un cultivo muy bien adaptado al clima mediterráneo de la península ibérica. Es especialmente resistente a las condiciones semi-áridas, lo que ayuda a explicar que sea un cultivo tan extendido en toda España. A pesar de esta buena adaptación, para mejorar la rentabilidad y sobre todo para reducir riesgos climáticos, el regadío ha ido incrementándose en los últimos años y actualmente supone un 40% de la superficie, aunque en Castilla-La Mancha esta cifra llega al 60%. No obstante, el cambio climático puede suponer un cambio importante en las condiciones del cultivo y dada la importante influencia del clima sobre la fisiología de la vid permite predecir importantes efectos potenciales sobre su producción:

  • En primer lugar, el calentamiento de la atmósfera ya está ocasionando alteraciones en la fenología de la vid, adelantando etapas y aumentando sus periodos activos.
  • Esto podría afectar principalmente al potencial de maduración de la uva e incluso al rendimiento de la vid.
  • El aumento de la aridez del clima y de la temperatura podría llegar a perjudicar la elaboración de vinos de alta calidad en las regiones más cálidas y secas.
  • Por último, el incremento de la temperatura podría modificar el comportamiento de las plagas y enfermedades que afectan a los cultivos.

El estudio de zonificación mediante índices agroclimáticos permitiría avanzar una reducción de las zonas con alto potencial para vinos de calidad a mediados del siglo XXI:

  • Se espera una disminución de entre un 10% y 20% para incrementos de temperatura de 1,5°C o 2°C respectivamente, junto con un desplazamiento de éstas a cotas y latitudes más altas. Esto se debería al adelanto de la maduración, que provocaría un exceso de madurez y de azúcares en la uva, y también al aumento del estrés hídrico en las zonas más cálidas y secas del interior o del sur peninsular. En CLM, las variedades tempranas como cencibel (tempranillo) o chardonnay, verían reducida la superficie óptima para vinos de calidad en un 50%.
  • El aumento de la aridez, (en CLM se prevé una descenso del 10% de las lluvias en horizonte 2050 y un aumento de los periodos de sequía, de 57 a 63 días (+ 6 días), con años extremos de +17 días), incrementaría la demanda de agua para garantizar tanto una calidad como un rendimiento adecuado. La mayor demanda junto con la menor disponibilidad, (-11% en 2050) aumentaría la conflictividad por el uso del agua.

“Aunque algunos de estos efectos ya sean visibles, entender las consecuencias de los riesgos climáticos es la base para desarrollar estrategias de prevención del cambio climático y protección del mundo agrícola, a base de financiación y políticas regionales, nacionales y comunitarias. Actuar hoy de forma urgente con el objetivo de mantener el calentamiento por debajo de los 1.5ºC, es más eficiente y menos costoso. La prevención del cambio climático no sólo nos ayudará a proteger nuestra agricultura, ecosistemas y la economía, sino que también evitará que un eterno verano seque nuestra gastronomía, tradiciones, cultura e identidad”, ha apuntado el responsable técnico de Riesgos Agrarios de COAG y autor del estudio, Pablo Resco