Robaban intimidando a los propietarios de las viviendas que asaltaban para conseguir más rápidamente su botín. Lo hacían en urbanizaciones periféricas, huían y después vendían los objetos en establecimientos de compraventa de oro de segunda mano o para otras bandas.
El teniente coronel de la Guardia Civil en Albacete, Jesús Manuel Rodrigo, ha dicho que así, los delincuentes "obtenían datos e información para poder sustraer las joyas y otros efectos de valor que se encontrasen dentro del domicilio".
De los nueve detenidos, cinco son de nacionalidad rumana y dos españoles. Los antecedentes de uno de ellos fueron el primer hilo del que tiró la Guardia Civil en mayo de 2018.
Entre los objetos sustraídos identificados en los registros domicialiarios realizados en Valdemoro y Castellón -entre otras localidades- se han intervenido 40.000 euros en metálico.