Ángel Sepúlveda Beamud y Marino Sánchez Ortiz, ambos asesinados en el campo de concentración de Mauthausen y vecinos de Campo de Criptana, han sido los dos primeros nombres rescatados del olvido en la provincia de Ciudad Real, dentro del proyecto europeo ‘Stolspersteine’, al que se ha sumado la Diputación de Ciudad Real.
Campo de Criptana ha sido la localidad elegida para poner en marcha el proyecto ‘Stolspersteine’ (adoquín en alemán) en la provincia de Ciudad Real, el día previo a la conmemoración señalada por la ONU en Memoria de las Víctimas del Holocausto.
Este proyecto europeo -capitaneado por el artista Gunter Demnig- consiste en la colocación de adoquines dorados, con el nombre y la historia de las personas asesinadas durante la II Guerra Mundial en los campos de concentración nazis, en el lugar donde vivieron en sus poblaciones natales.
En total, se colocarán más de 75.000 adoquines en más de 20 países, convirtiéndose en el monumento conmemorativo más grande del mundo.
Al proyecto se ha sumado la Diputación de Ciudad Real, a través de la investigación de Mapas de Memoria y en colaboración con la UNED.
En la provincia de Ciudad Real se colocarán 25 adoquines, con 25 nombres, en diferentes localidades.
Campo de Criptana ha sido la primera, por lo que su alcalde, Santiago Lázaro, se mostró muy agradecido.
“Recordando a Ángel Sepúlveda Beamud y a Marino Sánchez Ortiz, además de a Wenceslao Fernández -vecino de Arenales de San Gregorio que entonces pertenecía a Campo de Criptana- estamos haciendo un acto de justicia que, no sólo sirve para dar cierto consuelo a sus familias, también para enseñar a las generaciones de hoy el legado que dejaron estos hombres que lucharon por la democracia y la libertad”, dijo el alcalde criptanense; quien colocó uno de los adoquines conmemorativos.
Por su parte, el presidente de la Diputación de Ciudad Real, José Manuel Caballero, destacó que es obligación de las Instituciones Públicas preservar la memoria “de las personas que murieron por defender los principios y valores que hoy nos permiten vivir en paz y en libertad”.
En la provincia de Ciudad Real, 150 personas pasaron por los campos de concentración de la Alemania nazi, de los que 104 fueron asesinados. Muchos de ellos, sin que sus familiares tuvieran nunca noticias de lo ocurrido.
“Nadie muere mientras no se le olvida”, dijo el presidente provincial, objetivo de la instalación simbólica de estos adoquines.
Además de recuperar la memoria de las víctimas, este gesto simbólico pretende servir para recordar el horror y el exterminio de los campos de concentración nazi, para que no vuelva a repetirse algo semejante.
En el acto estuvieron presentes los familiares de los homenajeados, que fueron torturados y asesinados en Mauthausen entre 1.941 y 1.942.
Ángel Sepúlveda Beamud
Nació en Campo de Criptana el 24 de marzo de 1902. En 1936 era jornalero en esta localidad. En 1939 se exilió a Francia, donde combatiría contra el nazismo. Hecho prisionero y procedente de stalag o prisión V-D de Estrasburgo, fue deportado al campo de concentración de Mauthausen el 13 de diciembre de 1940, donde fue asesinado el 12 de septiembre de 1941.
Marino Sánchez Ortiz
Nació en Campo de Criptana el 28 de febrero de 1914. En 1936 era albañil en esta localidad. En 1939 se exilió a Francia, donde combatiría contra el nazismo. Hecho prisionero y procedente de stalag o prisión XI-B de Fallingbostel, fue deportado al campo de concentración de Mauthausen el 22 de mayo de 1941, donde fue asesinado el 13 de enero de 1942.