45 años y padre de dos hijos, regentaba una pequeña empresa de la construcción, y actualmente iba y venía de Madrid para trabajar en una obra cercana al lugar del suceso.
Lamentablemente, justo en el momento de la deflagración pasaba por la misma calle de la explosión, siendo una de las dos víctimas sepultadas por los escombros proyectados.
Su familia, según Tostado, comenzó a inquietarse cuando siguiendo la tragedia a través de los medios no obtenía respuesta por parte de Javier a sus sucesivas llamadas de teléfono, temiéndose lo peor...
Una vez conocido el fatal desenlace, la localidad todavía esta mañana se encontraba en estado de shock. Durante la entrevista al primer edil, lo último que sabia es que le estaban practicando la autopsia al cadáver, y debían desplazarse hasta la capital de España para su reconocimiento.
Es previsible que el cuerpo sin vida de Javier llegue en la misma tarde del jueves a la Puebla de Almoradiel, donde todavía no han tenido tiempo de decretar luto oficial.
Visiblemente afectado, el alcalde almoradiense enviaba el agradecimiento a través de nuestro medio, a todos los lugares del país que le han hecho llegar a lo largo de de esta mañana muestras de dolor y pésame al pueblo y la familia.