Más de 96 niños y niñas nacidos antes de 2019 querían plantar su árbol correspondiente en el Bosque de la Vida, la parcela comprendida entre el parque Alces, la depuradora y la laguna de la Veguilla. Lo hicieron el domingo por la mañana, plantando, con ayuda de sus familias, técnicos municipales y voluntarios.
Se plantaron álamos blancos, álamos negros y moreras, como aquellas tan abundantes en otros tiempos, cuando en La Mancha había una incipiente industria de gusanos de seda, que se alimentan exclusivamente de hojas de morera.
Pablo Pichaco, Concejal de Medio Ambiente explicaba que las moreras tiene raíces que pueden provocar daños en zonas urbanas, pero no en esta parcela.
Como entidad experta en acciones de voluntariado, Cruz Roja participaba con una docena de personas, como lleva haciendo desde que se inició esta iniciativa de recuperación medioambiental en la que participan complementando los recursos del propio ayuntamiento, según explicaba Conchi Herrera, “las iniciativas medioambientales, también son las nuestras”.
En la parte más baja del Bosque de la vida, cerca del canal que va hacia la depuradora y la laguna de la Veguilla, se encuentran los árboles que fueron trasplantados desde el entorno de la plaza de toros. Se trata de una treintena de plátanos de paseo jóvenes, que estaban en el antiguo parking de caravanas y que eran ejemplares viables en el traslado. Decía el concejal que se les administró un tratamiento hormonal para facilitar su arraigo y el éxito ha sido del cien por cien.
Aparte de la plantación de árboles por los niños y niñas nacidos más recientemente, los voluntarios realizaron una plantación de arbustos propios de la zona, en este caso el albardín, o esparto. Se trataba también de mostrar a las familias como se recupera un ecosistema por lo que no se realiza en plantación lineal sino en mosaico
Los nuevos árboles proceden de un vivero de Cabanillas del Campo (Guadalajara), mientras que los plantones de albardín son de Almería. Se trata de ejemplares compatibles genéticamente con los autóctonos, para evitar una invasión de plantas foráneas. Venían con un rizoma muy desarrollado, lo que es una garantía de supervivencia y de extensión de raíces.
El ayuntamiento, a través de la concejalía de medioambiente, tiene previstas nuevas acciones de recuperación de zonas y especies autóctonas como esta plantación del Bosque de la vida, en la que, como precaución ante la persistente pandemia, la actividad se realizaba por turnos, evitando aglomeraciones en cada grupo.