Los fallecidos en la región ascendieron a 36, de los que 9 fueron en Ciudad Real.
Para el responsable autonómico de Csif de Prevención de Riesgos Laborales, Carmelo Gómez, estos datos, que por primera vez recogen a los autónomos, tienen consecuencias negativas para los trabajadores y las familias, y también pérdidas económicas para las empresas y la sociedad.
Considera que las medidas adoptadas en Castilla-La Mancha son insuficientes para reducir la siniestralidad laboral y entiende que los 1,7 millones de euros de subvención que desde el año 2.014 ha recibido la Confederación de Empresarios de Castilla-La Mancha (CECAM) por parte de la Junta de Comunidades, no han dado los resultados esperados.
En este sentido, Csif ha pedido al Gobierno Regional que en lugar de dar subvenciones a la CECAM, ponga en marcha un cuerpo propio de técnicos de Prevención de Riesgos Laborales para asistir y ayudar a las pymes, contratando a 50 profesionales que podrían visitar 45.000 empresas en la región al año con el objetivo de reducir el número de accidentes de trabajo.