Una vez inmovilizada, exigieron de manera violenta que les entregara todo el dinero, por lo que les entregó el bolso que contenía 500 euros.
No dándose por satisfechos con esta cantidad, continuaron amenazando a la víctima, incluso hablaban de realizar un secuestro si no se atendían sus peticiones.
Casualmente, en esos momentos se personó en la gestoría una trabajadora, y al observar la situación decidió huir para llamar a la Policía Nacional, lo que motivó que los agresores abandonaran precipitadamente el lugar.
La Policía Nacional inmediatamente abrió una investigación, logrando la identificación de los dos agresores. Con el avance de la investigación se logró determinar que podrían estar implicadas otras dos personas, que presuntamente serían las autoras intelectuales del hecho: el propietario de la gestoría y un abogado, quienes podrían haber "contratado" los servicios de los dos autores materiales para que cometieran la agresión.
Finalmente, el día 27 de enero se estableció un dispositivo con el que se logró localizar y detener a los dos agresores cuando circulaban en un vehículo, en el que también fueron halladas bridas y cinta americana similar a la utilizada para inmovilizar a la víctima.
También se llevó a cabo una entrada y registro en el domicilio de los arrestados, donde se intervinieron las prendas utilizadas para cometer los hechos, un arma, un vehículo de alta gama, y un armero.
Pocos días después, el 3 de febrero, fueron detenidos los presuntos inductores del delito. Los cuatro arrestados fueron puestos a disposición judicial.