En el primer caso, se trata de una mina a cielo abierto de 30 hectáreas de superficie y 150 metros de profundidad destinada a la obtención de fosfatos y en el segundo, de una mina a cielo abierto de más de 100 hectáreas de superficie para la obtención de titanio, circón y rutilo.
Ambos proyectos, según han explicado a Efe fuentes de Ecologistas en Acción Ciudad Real, se caracterizan por movimientos de tierras extraordinarios que dejarán grandes huecos mineros y escombreras de grandes dimensiones como heridas permanentes en el paisaje.
Además, el procesamiento industrial requerirá de grandes consumos de aguas y generará aguas ácidas como las que afectaron al Parque Nacional de Doñana por la rotura de la balsas de las minas de Aznalcóllar, que podría afectar gravemente al río Guadiana y al embalse del Cíjara, en el caso de que se produjera un accidente de estas características.
Según el grupo conservacionista, la situación se agrava en el caso de los municipios de Fontanarejo y Arroba de los Montes, si se tiene en cuenta que ambas minas se localizan en la cuenca de cabecera del río San Marcos y del arroyo Valdecristo, respectivamente, ambos afluentes por la margen derecha del río Guadiana.
Las charlas además han puesto de manifiesto la preocupación de la población local por los efectos que los proyectos pueden tener para la ganadería y la actividad cinegética como consecuencia de las excavaciones, el uso de explosivos y el tránsito intenso de camiones.
Por otra parte, los vecinos han manifestado que hasta la fecha nadie les ha informado de las características y de los efectos ambientales de ambos proyectos, ni los alcaldes, ni la Administración autonómica, ni los promotores, lo que para los ecologistas "es una clara evidencia, una vez más, de que el procedimiento de información pública en el caso de la evaluación de impacto ambiental no funciona", pues la población no tiene acceso a los expedientes.
En ambas localidades los vecinos que se han acercado a las charlas informativas también han manifestado su preocupación por la situación de abandono del mundo rural que ha llevado a la supresión de servicios y equipamientos básicos, sobre todo desde la crisis económica de 2008, lo que ha agudizado aún más el abandono tradicional de la población más joven que no encuentra alicientes para mantenerse en estos pueblos y decide marcharse de los mismos.
Esta circunstancia lleva a que, ante proyectos que prometen puestos de trabajo, se encuentren en el dilema de tener que decidir entre empleo o medio ambiente y los vecinos lamentan que los programas de desarrollo rural no estén ayudando a revertir la situación de despoblación.
Los ecologistas han informado de las características de ambos proyectos, de los efectos ambientales que tendrán en los dos municipios, de los "procesos especulativos" y de las empresas y personas que se encuentran tras ellos y han aprovechado también para informar que el grupo de trabajo estatal de minería de Ecologistas en Acción ha denunciado ante la Unión Europea la mina de Fontanarejo por poner en riesgo la salud y el bienestar de sus habitantes.
Finalmente, han comunicado que se han recogido ya más de 100.000 firmas en la plataforma change.org contra el proyecto y que tienen previsto en las próximas semanas entregarlas a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en Toledo.