En la última sesión del juicio celebrada hoy, el acusado ha hecho uso de su derecho a la última palabra. Ha manifestado que está arrepentido, que tiene mucha tristeza y no tenía ganas de nada.
En sus alegatos finales, la Fiscalía ha elevado su petición inicial a 50 años de cárcel por dos delitos de asesinato, al considerar que a las agravantes de ensañamiento y alevosía también se une la de parentesco.
El fiscal ha recordado que las víctimas sufrieron entre las dos un total de 24 puñaladas, que no se pudieron defender porque el ataque fue súbito, inesperado y traicionero.
Asegura que no cabe ninguna atenuante que rebaje la petición de peña y ha pedido al jurado popular que haga justicia en nombre de las dos mujeres muertes en un caso que ha calificado de violencia de género para el que se necesita una sentencia ejemplarizante.
El fiscal también ha dicho que el acusado no es un disminuido psíquico ni un deficiente mental y en el momento de los hechos tenía íntegras las capacidades cognitiva y volitiva.
Una afirmación a la que también se han unido las dos acusaciones particulares, que igualmente piden 50 años de cárcel para el acusado, 25 años por cada asesinato.
Mientras, la defensa ha solicitado la libre absolución de su cliente, y en caso de que sea condenado, que se le conceda el indulto.
La abogada ha calificado los hechos como dos casos de homicidio en lugar de asesinato, ya que incluye las eximentes y atenuantes como, por ejemplo, que el acusado no comprendía los hechos, tenía alterada la percepción de la realidad, actuó por un arrebato o una obcecación y tras ser detenido por la Guardia Civil confesó los hechos.