Ciudad Real |
Al día siguiente de que el juicio contra el exsacerdote quedara visto para sentencia en la Audiencia de Ciudad Real, Melgar asegura que este caso, que ya se lo encontró cuando fue nombrado Obispo de esta Diócesis, es algo muy doloroso y reconoce que le ha quitado el sueño.
Ha querido defender la postura de la Iglesia porque recuerda que una cosa es el proceso judicial que puede condenar o absolver al acusado, y otra cosa diferente es el proceso penal-administrativo que con anterioridad al juicio llevó a cabo la Iglesia y que establece penas expiatorias sin entrar en la legalidad.
Según Gerardo Melgar, la Iglesia consideró que la actitud del excura fue moralmente punible y se le ofreció hasta cinco oportunidades para resolver su situación, que era pasar cinco años en un monasterio para que reflexionara, contando además con los servicios de un psiquiatra.
Esto no se produjo, rechazó todas las oportunidades y finalmente se decidió secularizar al sacerdote.
Por otro lado, Melgar ha mostrado su preocupación por la falta de vocaciones sacerdotales en Ciudad Real.
Si bien en el Seminario Mayor hay 17 teólogos, una cifra que ha calificado de buena, sin embargo no ocurre lo mismo en el Seminario Menor.
Asegura el Obispo que si la situación no mejora en unos años, podría haber urgencias en la atención a las parroquias.
Gerardo Melgar ha anunciado que a partir de enero el Obispado de Ciudad Real pondrá en marcha un proyecto que consiste en la formación de grupos de novios, que aún no tienen pensado casarse, con el objetivo de que las parejas se conozcan mejor. Serían jornadas de una hora de duración cada mes para tratar 14 temas diferentes.
Como retos para el futuro, el Obispo de Ciudad Real ha señalado seguir promoviendo la creación de unidades pastorales en la provincia, la participación de los laicos en la Iglesia y ofrecer formación y espiritualidad a las hermandades.