La intensidad de la lluvia y el nulo mantenimiento del drenaje pluvial en numerosas calles de la ciudad ocasionaron, el pasado miércoles, que se generaran encharcamientos en muchas zonas, tal y como han denunciado automovilistas y trauseúntes que se percataron de los peligros de las balsas de agua que ponen en riesgo a la población. Algunas de las zonas más afectadas, por poner algunos ejemplos, fueron la Avenida Tablas de Daimiel, calle Barcelona, o el nuevo aparcamiento disuasorio en la calle Severo Ochoa que, a pesar de que lleva hecho menos de un mes, era una auténtica piscina.
Rosario Roncero ha explicado que a la falta de gestión en el mantenimiento de alcantarillas e imbornales se suma también el pésimo estado del arbolado que aumenta los problemas de suciedad, ya que la hoja lleva cayéndose meses sin ser retirada, sobre todo de los imbornales.
“No se a qué espera Pilar Zamora para arreglar esta situación que ya se produjo en varias ocasiones el pasado año y a la que se comprometió a dar una solución”, añade la edil “popular”, quien lamenta, que una vez más, tengan que ser los vecinos de esta ciudad los que sufran en primera persona la falta de trabajo, interés y gestión de Pilar Zamora, más preocupada de su promoción personal que de gestionar y mejorar los servicios que desde el Ayuntamiento se presta a los vecinos y que llevan más de dos años perdiendo, a pasos de gigante, calidad y atención.
Rosario Roncero ha destacado, igualmente, la actuación de los empleados municipales que, como siempre, trabajaron con diligencia y responsabilidad para evitar algún incidente mayor que hubiera reportado perdidas materiales.
“A pesar de que los vecinos pagan cada vez más impuestos, la calidad de los servicios se deteriora cada día desde que Pilar Zamora ocupa el sillón de la alcaldía”, ha concluido.