Según informa la entidad pública, el objetivo de la instalación es el tratamiento y almacenamiento de mercurio, cuya exportación fue prohibida por la Comisión Europea a partir de 2011.
La inversión, aprobada por el comité de dirección de la SEPI, permitirá poner en marcha una planta con una capacidad de tratamiento de 317 toneladas de mercurio al año, lo que para Mayasa supone una nueva línea de negocio "que podría llegar a convertirla en referente mundial" en el tratamiento de estabilización de metales tóxicos y peligrosos.
La SEPI asegura en su comunicado que la tecnología que aplicará sobre el mercurio es la única que solidifica el producto final, lo que aporta ventajas competitivas frente a otras técnicas ya que el reglamento europeo prohibirá el almacenamiento temporal de mercurio líquido a partir de 2023.
Otras ventajas del proyecto son la alta capacidad de almacenamiento temporal inmediato de mercurio (2.300 toneladas), un servicio integral que incluye todas las etapas del proceso, desde el transporte, tratamiento, solidificación y almacenamiento definitivo; así como la obtención de un residuo limpio, de baja peligrosidad.
En cuanto al uso del mercurio, la UE lo ha prohibido a partir del próximo mes de diciembre en la industria cloro-álcali.
Esto supone que existirán unas 5.700 toneladas de este metal procedentes de las plantas europeas, de las que 1.200 se encuentran en plantas españolas.
En España se generan 54 toneladas al año de mercurio en todos los sectores que utilizan este metal.
El proyecto que va implantar Mayasa surge a partir de una tecnología desarrollada por la compañía en laboratorio en el proyecto Mersade, puesto en marcha en colaboración con el Ciemat-CSIC y la Universidad de Castilla-La Mancha.