Hoy ha comenzado en la Audiencia Provincial de Ciudad Real el juicio contra un hombre al que la fiscalía solicita más de 39 años de prisión por los delitos de atentado contra la autoridad, intento de homicidio y de receptación y tenencia ilícita de armas. Cinco agentes resultaron heridos.
Durante la vista oral, el procesado ha declarado que al entrar en casa los guardias civiles creía que eran miembros de otra familia de etnia gitana que les habían amenazado con matarles debido a la ruptura matrimonial, con denuncias de malos tratos de por medio.
Asegura que realizó un disparo con una escopeta de caza solamente para intimidar y asustar, y que en ningún momento quería atentar contra nadie. Dice que nunca había disparado un arma y que, a pesar de que no tenía licencia, la adquirió para defenderse de las amenazas de otro clan familiar.
También ha declarado su mujer, que está acusada de un delito de resistencia grave y se enfrenta a una pena de 4 meses de prisión. Ha manifestado que en el momento de los hechos estaba muy nerviosa y nunca opuso resistencia a su detención.
Por su parte, los guardias civiles que han testificado en el juicio aseguran que entraron en el domicilio de los acusados para buscar armas y que antes y después de derribar la puerta se identificaron al grito “Guardia civil, al suelo”. Fueron siete los agentes que entraron.
Uno de ellos, el primer que iba en la fila, recibió dos impactos procedentes de la escopeta que disparó una persona que se encontraba frente a ellos.
El agente instructor del atestado ha dicho que oyó dos disparos y los guardias civiles lo que hicieron fue repelar la agresión disparando sus armas reglamentarias.
El acusado huyó por una ventana hacia el tejado de la vivienda y allí fue detenido por la Guardia Civil. Este agente asegura que la mujer del detenido tuvo una actitud agresiva, se resistió, insultaba y daba patadas.
El juicio está previsto que finalice el próximo jueves.