El lugar, que ocupa una superficie de 2.100 metros cuadrados, con diferentes habitaciones y dependencias accesorias a una casa de labor y con tres patios y dos pozos, se asocia a Don Quijote de La Mancha y al momento en el que habría sido armado caballero.
El presidente de la asociación, David Cejudo, se ha mostrado contento porque el penúltimo paso para que la gestión de esta venta con 400 años de historia pase a una administración pública con el que se podría facilitar financiación para su mejora y rehabilitación, ya que el inmueble se encuentra en un estado crítico.
A falta de formalizar la donación mediante escritura pública, Cejudo a apuntado en Onda Ceo algunos que el objetivo sería arreglar las cubiertas y destinar el inmueble a un uso cultural, turístico y polivalente, con la creación de un museo de las ventas manchegas.
Además, los edificios accesorios de la venta se podrían convertir en una hospedería. Incluso la Asociación Astronómica de Daimiel propuso utilizar estas instalaciones para ubicar un observatorio.
Según ha dicho David Cejudo, la Venta de Borondo, la última venta cervantina catalogada en toda Castilla-La Mancha, es una cápsula del tiempo del Siglo de Oro.