Ana Belén cuenta que empuja una camilla que se dirige a la morgue, con un paciente Covid ya fallecido. Dice que “esto no se me va a olvidar. Abajo solo suele haber dos personas de la funeraria y el jefe de servicios, pero ayer se coló la familia. Estaban destrozados, llorando, solo querían poder verlo por última vez”.
Esta celadora confiesa que ella también se puso a llorar. Esta no es una situación excepcional, dice Ana Belén, sino que llevan mucho tiempo así.
Otra celadora, Rocío, cuenta una frase que se le ha quedado grabada. Justo antes de que le intubaran, un paciente le preguntó “cuánto tiempo iba a estar dormido”, una frase que esta trabajadora asegura que la tiene grabada en su mente.