A todos se les imputan numerosos delitos: pertenencia a organización criminal, relativos al mercado y a los consumidores, contrabando, falsedad contable y documental, estafa y blanqueo de capitales.
La operación arranco en septiembre de 2.018 cuando una serie de empresarios del sector vitivinícola denunciaron las prácticas ilegales de varias empresas en la elaboración de vinos y aguardientes en bodegas de varias localidades de la comarca de La Mancha.
En lugar de mosto, utilizaban la isoglucosa, un jarabe de maíz procedente de Bélgica y Holanda, llegando incluso a utilizar mandioca, para fabricar el vino.
También usaban alcohol procedente de cereales para elaborar aguardientes y brandy, y como ha explicado el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Francisco Tierraseca.
La organización estaba dirigida por varios empresarios del sector vitivinícola que utilizaban una compleja trama de personas y 60 sociedades interpuestas en España, Holanda, Austria, Bélgica, Francia, Moldavia y Rusia.
Las bodegas investigadas no están sujetas a ninguna denominación de origen y tampoco están implicadas ninguna marca de referencia de vino de Ciudad Real y de Castilla-La Mancha.
Francisco Tierraseca ha querido romper una lanza hacia todas aquellas bodegas y empresas del sector del vino que hacen bien las cosas frente a aquellos que cometen fraude y delitos a la hora de elaborar este producto.
Durante la operación se realizaron 11 registros, incluyendo domicilios fiscales de las empresas afectadas y domicilios particulares en Ciudad Real, Toledo y Madrid. La investigación aún no se ha cerrado.