La Policía Nacional ha detenido en Miguelturra (Ciudad Real) a tres varones como presuntos autores de los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, pertenencia a organización criminal y delito contra los derechos de los trabajadores.
Además uno de los implicados presuntamente habría mantenido relaciones sexuales con una de las trabajadoras del club de alterne contra su voluntad, por lo que se le imputan además los delitos de agresión sexual y violencia de género.
Las investigaciones se iniciaron a raíz de la denuncia de una mujer manifestando haber sido obligada a ejercer la prostitución en un conocido club de alterne de Miguelturra, según ha informado la Policía Nacional.
Las pesquisas policiales, permitieron determinar que la gestión del local estaba a cargo de varios individuos que operaban con una estructura criminal organizada, que utilizaba el engaño, la intimidación y las amenazas para controlar a las trabajadoras sexuales a las que en ocasiones retenían hasta la mitad del importe recaudado por cada servicio.
El inicio se originó por una relación virtual
La víctima viajó engañada a Ciudad Real para encontrarse con uno de los detenidos, quien la convenció de que ambos mantenían una relación sentimental virtual y que podría trabajar como camarera en un local de hostelería en Miguelturra.
Fue la misma víctima la que contactó con otra amiga para que la acompañase a Ciudad Real a trabajar, donde fueron recogidas por el ahora detenido y el dueño del club, quienes finalmente les impusieron sus condiciones para terminar ejerciendo la prostitución; hasta el punto de que uno de los varones acudía frecuentemente al local a exigir pagos periódicos a la trabajadora y forzarla a mantener relaciones sexuales.
La Policía Nacional ejecutó un mandamiento de entrada y registro del establecimiento, donde además identificaron a otras 13 trabajadoras sexuales, en su mayoría en situación irregular, que ejercían la prostitución en condiciones gravosas y abusivas teniendo que entregar parte del dinero recaudado al responsable del local.
Los investigadores se incautaron de numerosa documentación, fotocopias de pasaportes de mujeres extranjeras, pistolas simuladas de gas airsoft y cerca de 2500 euros en efectivo. Además se ha decretado judicialmente la clausura cautelar del establecimiento en vista de los hechos.
Un sistema de pago mediante multas que endeudaba a las trabajadoras
La gestión del club de alterne y sus trabajadoras incluía un sistema de multas para las chicas que allí ejercían la prostitución, de modo que, cuando una de ellas no accedía por diferentes motivos a prestar un servicio sexual al cliente, incluso por estar enferma o tener la menstruación, se les impondrían sanciones de 50 a 100 euros; generándose una deuda por parte de las trabajadoras que tendrían que devolver a posteriori con nuevos servicios sexuales.
Este tipo de prácticas son habituales en organizaciones criminales dedicadas a la trata de seres humanos, ya que se genera un vínculo entre las mujeres explotadas y la organización en forma de deuda económica, que únicamente busca demorar lo máximo posible o incluso indefinidamente la salida de las chicas, y que en ocasiones supone incluso la retención del pasaporte o la extorsión o el chantaje a familiares en el país de origen.