Posteriormente, además de este trabajo y mientras los niños estaban en el colegio por las mañanas, tenía que trabajar como camarera en el bar que regentaba la presunta autora, llegando a realizar jornadas laborales que superaban las 100 horas semanales, sin ningún día de descanso y sin recibir apenas remuneración por el trabajo desempeñado, alegando que el bar no generaba ingresos suficientes para poder pagarle, ha informado en nota de prensa la Policía Nacional.
Además, bajo engaños y coacciones, la obligó a ejercer la prostitución en un piso de la capital, quedándose la detenida con la totalidad del dinero que recibía por los servicios sexuales que realizaba, y amenazándola con denunciarla a la Policía para que la deportara a su país si no seguía trabajando para ella.
Tras la denuncia interpuesta por la víctima, la Policía Nacional procedió a la detención de esta mujer como presunta autora de un delito de prostitución, realizándose también una inspección en el bar que regentaba, donde se encontraba trabajando un camarero sin contrato y sin dar de alta en la Seguridad Social, por lo que también se le imputa un delito contra los derechos de los trabajadores.