La investigación se inició a mediados del mes de mayo, cuando varias víctimas intentaron contratar una cacería en la red, a través de una conocida página de anuncios. Los estafadores ofrecían cacerías de rececho de corzo y monterías de jabalí con precios que oscilaban entre los 1.200 y los 1.650 euros.
Para captar a los cazadores interesados, les aseguraban que disponían de precintos de caza de los mejores ejemplares del coto. Estos precintos, cuyo uso se exige para poder cobrar y extraer del coto los ejemplares abatidos, son expedidos por las autoridades autonómicas y se colocan en los animales cazados con el objetivo de marcarlos, identificarlos y trazar su origen.
Una vez que se tuvo conocimiento de la actividad ilícita que se estaba desarrollando, la Policía Nacional de la localidad de Valdepeñas inició una investigación que permitió desenmascarar a los presuntos responsables, dos de los cuales fueron localizados y detenidos a pesar de que cambiaban constantemente de domicilio y tomaban todo tipo de medidas de seguridad para evitar ser apresados, mientras un tercero ha sido investigado por su participación en los hechos.
Uno de los estafadores arrestados estaba reclamado por cinco juzgados de diferentes provincias españolas. Ahora, tanto los dos detenidos como el investigado tendrán que responder por la comisión de dos delitos de estafa, si bien la investigación se mantiene abierta para determinar su posible implicación en otros delitos similares.
Este tipo de sucesos no sólo perjudica a las víctimas que han sido engañadas, sino que también produce un menoscabo en la actividad cinegética, al generar una enorme desconfianza entre los cazadores que desean practicar este tipo de actividades con las requeridas garantías legales.