La institución provincial liquidó las cuentas del año pasado, dejando un remanente de más de 19 millones de euros, de los que 12,8 millones ya se han aprobado hoy para ser ejecutados y el resto, unos seis millones, quedan pendientes.
De la cuantía aprobada en el pleno de hoy, 5 millones se destinarán a subvenciones nominativas para los ayuntamientos, 2 millones para mejorar los edificios de la propia Diputación, 600.000 euros para encargar un estudio sobre la red de abastecimiento en todos los municipios de la provincia con el objetivo de arreglar las tuberías para reducir las pérdidas de agua y 500.000 euros para crear una oficina técnica de rehabilitación energética de edificios y comunidades de propietarios.
También se destinan 3,6 millones para crear un cheque de 6.000 euros destinado a las empresas que contraten de manera fija a los alumnos del programa Promueve, 150.000 euros para ofrecer a los centros educativos un kit antiatragantamiento y otros 2 millones de euros para el programa “Bonos+Digitalízate”.
El presidente de la Diputación, José Manuel Caballero, asegura que con estas inversiones no se deja ningún reto por abordar y confirma que al final de la legislatura la institución provincial habrá ejecutado todo el remanente de los últimos años, unos 70 millones de euros.
El Partido Popular ha votado a favor de las modificaciones de crédito, aunque el portavoz de este grupo, Adrián Fernández, opina que esta inversión procedente del remanente no sirve para resolver los tres objetivos que planteó el equipo de Gobierno para esta legislatura: generar empleo, luchar contra la despoblación y atraer turismo a la provincia.
La Diputación aprobó inicialmente un presupuesto para este año de 144 millones de euros, aunque con la incorporación del remanente y de otras partidas procedentes de fondos europeos al final gestionará más de 243 millones de euros, que es multiplicar por 2,5 veces el presupuesto que tenía la institución provincial antes de la pandemia de la covid.