Ciudad Real |
En su declaración durante la vista oral, el acusado, Carmelo Izquierdo, que sufre una discapacidad psíquica del 35% y tiene problemas físicos en el pecho, ha explicado que en la noche de los hechos, 14 de mayo de 2.019, tuvo una discusión con su padre y este le pegó un empujón por detrás porque el hijo iba drogado y borracho.
Esa noche había consumido cocaína y había bebido bastante. El padre se fue a su habitación y el acusado le siguió, no para matarle, como ha declarado, sino para discutir sobre lo sucedido anteriormente. Hubo un forcejeo y, según Carmelo, vio sangre en el suelo y se asustó.
Creía que su padre no estaba muerto, solamente herido, y ante el temor de que se levantara para volverle a pegar, salió corriendo. También se asustó de la presencia de la Guardia Civil, por lo que decidió salir por una ventana de la casa y huir.
El acusado dice no saber de donde salió la sangre de su padre y no recuerda que le diera un navajazo en el cuello. Reconoce que la relación con la víctima era regular.
Cuando huyó de la casa se escondió en unos chalets que se estaban construyendo pero su intención era entregarse por la noche a la Guardia Civil.
Dice sentirse arrepentido de lo sucedido, pidió perdón por carta a su madre y hermanos y estos, según ha indicado el acusado, le han perdonado.
El Ministerio Fiscal pide para el acusado 13 años y medio de prisión por un presunto delito de homicidio doloso, con la atenuante de trastorno mental y los agravantes de parentesco y abuso de superioridad.
Por su parte, la defensa ha sumado varios atenuantes como el consumo de drogas y alcohol, discapacidad psíquica, fue un arrebato y no algo premeditado, y siempre ha pedido perdón y se ha arrepentido de los hechos.