Este miércoles ha declarado la víctima, lo ha hecho tras un biombo para evitar el contacto visual con el acusado. Ha ratificado los hechos que denunció en su día a la policía, ocurridos en marzo de 2019. Asegura que llegó a temer por su vida. Ha negado que ambos fueran amigos y que le hiciera una oferta para trabajar en su negocio.
El empresario ha manifestado que el acusado contactó con él por wasap para quedar a tomar un café. Así lo hicieron y el procesado le dijo que se trasladara a una vivienda suya que esta en venta por si la quería comprar. Aunque no tenía intención de comprarla, accedió a ir a la casa debido a la insistencia de la otra persona.
Y fue allí donde ocurrieron los hechos. Según la versión de la víctima, cuando estaban dentro de un cuarto de baño pudo ver una pistola que el acusado portaba en una riñonera. Este le dijo que o le pagaba 10.000 euros o bien 5.000 y le contrataba en su negocio.
Después, siempre según el relato del empresario, le amenazó señalando que como dijera algo a alguien o fuera a la policía “conocía a gente muy mala que me podía quemar los negocios”.
Al salir de la vivienda, ambos concertaron quedar por la tarde en una gasolinera para hacer la entrega de los 10.000 euros. El empresario cuenta que fue al banco para sacar el dinero pero que después se lo pensó mejor y acudió a la policía para denunciar los hechos.
Después los agentes organizaron un dispositivo de vigilancia para detener al acusado en el momento en el que la víctima le iba a entregar el supuesto dinero al presunto extorsionador.
El empresario asegura que lo pasó muy mal y que ha necesitado ayuda psicológica durante tiempo para intentar superar el trauma que le ha ocasionado este suceso.
POLICÍAS, EMPLEADA Y PSICÓLOGA
En la vista oral de hoy también han testificado varios policías nacionales. Algunos confirmaron que la pistola que encontraron en la vivienda del acusado era simulada y de plástico, parecida a la que se vende en la feria. También han afirmado que la víctima, cuando fue a interponer la denuncia, estaba bastante nervioso y asustado.
Mientras, la empleada de la imprenta del empresario ha dicho que su jefe estaba pálido y tembloroso cuando le pidió que tenía que retirar esa misma mañana 10.000 euros. Ha reconocido que nunca se había movido una cantidad tan alta de dinero en metálico y pensó que algo estaba sucediendo.
Por su parte, la psicóloga que trató a la víctima ha declarado que lo estuvo viendo durante siete meses tras el suceso y que sufría un estrés postraumático.
ULTIMA PALABRA DEL ACUSADO
Al final de la sesión de hoy, el acusado ha ejercido su derecho a la última palabra, ha reiterado que no le hizo nada a esa persona y que lo único que desea es que “él viva su vida y cuanto más lejos de mí, mejor.”
Recordar que la fiscalía pide para el acusado 2 años y 6 meses de prisión por un delito de amenazas condicionales, mientras que la acusación particular añade también el delito de detención ilegal. Mientras, la defensa pide la absolución de su cliente.
Mañana jueves los miembros del jurado popular recibirán el objeto del veredicto y comenzarán a deliberar sobre la inocencia o culpabilidad del acusado.