La lluvia no impidió que miles de ciudadrealeños y visitantes salieran a la calle este jueves para dar la bienvenida, 66 años después, a la emblemática figura del Heraldo Real.
Un caballero, que, montado en su caballo, con una larga Corte de acompañamiento, repartió caramelos e ilusión a todos los presentes, además de recoger en su buzón los últimos deseos infantiles.
Tras recorrer las calles Camarín, con un rezo a la Virgen del Prado y pasar por Caballeros, Pasaje de la Merced, Toledo, Feria, Postas, Alfonso X, Plaza de Cervantes, Plaza del Pilar y General Aguilera, el Heraldo Real y su comitiva llegaron a la Plaza Mayor, donde ante un público entregado dirigió unas palabras a los niños y asistentes: “Hoy vengo a anunciaros algo muy importante. Sus Majestades ya se encuentran descansando en el castillo de Alarcos, tras un duro y largo viaje, la caravana de los Reyes Magos ya se encuentra en La Mancha”.
Entrega de las llaves de la ciudad
El momento más simbólico de la tarde fue la entrega de las llaves de la ciudad, a manos del alcalde, Francisco Cañizares, en presencia de gran parte de la corporación municipal, para poder llevar mañana todos los presentes a sus casas.
“Heraldo, esta es la llave de Ciudad Real y todas sus casas, de la esperanza de todos los niños”, dijo Cañizares al Heraldo, agradeciendo su presencia y destacando que “en esa llave está la ilusión de todos los niños de Ciudad Real y sus familias.”
El Heraldo se despidió trasladando los mensajes que sus Majestades los Reyes Magos de Oriente quieren comunicar a los más pequeños de Ciudad Real y pidiéndoles paciencia a la espera de su llegada en la caravana de mañana.