Según han dado a conocer este lunes fuentes de Geovol, este maar fue bautizado como del Barrio de Los Ángeles en el libro recientemente publicado por la editorial Serendipia bajo el título de "Ciudad Real, magma y agua".
El profesor de Geografía Rafael Becerra y miembro del grupo Geovol ha apuntado que este descubrimiento "oculto" a la ciudadanía desde hace varios años, sería una aportación de gran singularidad al proyecto de 'Geoparque Volcanes de Calatrava. Ciudad Real', porque podría constituirse como un Geositio Urbano de gran interés científico y divulgativo pues permite mostrar a los visitantes uno de los mejores ejemplos de depósitos hidromagmáticos de la ciudad.
La profesora y directora de Geovol, Elena González Cárdenas, ha explicado que un maar es el resultado morfológico de una erupción muy explosiva que se produce cuando un magma que asciende a través de una fractura se encuentra con agua de origen freático.
El resultado es la apertura de una gran depresión, de hasta más de 100 metros de profundidad como sucede en el caso de la laguna de La Posadilla en Valverde, y de entre 300 y 2.000 metros de diámetro máximo.
Estas depresiones pueden almacenar agua, tal y como ocurre en la laguna de la Posadilla.
En este caso, han señalado el profesor Rafael Gosálvez, miembro también de Geovol, el Arco del Torreón y las galerías subterráneas encontradas a sus pies indican que está en el borde septentrional del maar del Barrio de Los Ángeles, cuyo centro se encuentra aproximadamente en el Conservatorio Profesional de Música Marcos Redondo de Ciudad Real y la calle Pantano del Vicario.
Gosálvez ha añadido que este maar tiene un diámetro de casi un kilómetro y se extiende desde la Avenida de Calvo Sotelo hasta la Plaza de San Francisco y el propio Arco del Torreón, y unos cinco metros de profundidad.
La profesora de Geografía Estela Escobar, integrante del grupo de investigación, ha indicado que los maares se encuentran rodeados de material de desecho procedente de la erupción hidromagmática, lo que se conoce en volcanología como tobas volcanoclásticas o depósitos hidromagmáticos.
Los materiales fragmentados que constituyen estas tobas proceden de las rocas encajantes o del propio magma, aunque con frecuencia dominan los primeros, ha añadido.
Estos materiales pueden depositarse de tres maneras principales, con una estructura masiva, planar o con laminaciones cruzadas de tipo duna y antiduna (sandwave), cambios estructurales que se atribuyen a la disipación de la energía conforme se mueve el flujo piroclástico.
El profesor Gosálvez ha señalado que las fotografías a las que ha tenido acceso Geovol indican que bajo el Arco del Torréon se encuentran magníficas estructuras de tipo planar o laminar, sedimentación alternante típica de corrientes de gran turbidez, con una carga sedimentaria variable, que al disminuir su velocidad comienza a depositar el material que arrastra en diferentes capas ordenadas según sus densidades.
Entre ellas se intercalan depósitos de cenizas y lapilli de caída y se han podido observar también bombas y bloques que deforman las estructuras laminares.
Este tipo de depósitos se han encontrado también en la Avenida del Mar y en la calle Eras del Cerrillo frente al Parque de Ocio Las Vías, estos últimos desaparecidos bajo el desarrollo urbano, aunque queda el testimonio fotográfico recogido en su día por el maestro del colegio "Alcalde José Maestro" Francisco Zamora Soria.
En cuanto al gran "banco" de piedra, interpretado como de origen volcánico, Geovol descarta este origen, tratándose en realidad de un gran bloque de esquistos o cuarcita arrancado en la erupción, algo de sumo interés pues revela el punto en el que tuvo lugar la erupción.