Han testificado los policías que realizaron el atestado en una comisaría de Madrid, donde, unos días después del crimen, el acusado acudió para denunciar la desaparición de Nancy Paola. Dijo que era su mujer y estaba embarazada.
Pero a continuación fue detenido en esa comisaría tras comprobar los agentes que Carlos Andrés estaba siendo reclamado por la policía de Ciudad Real porque había indicios de haber cometido un delito de violencia de género.
Durante su registro, al acusado le intervinieron dos colgantes que pertenecían a la víctima y se comprobó que tenía heridas y arañazos en la cara, en las manos y en un brazo.
También han declarado, a petición de la acusación particular, la camarera de un bar de Santander y su madre ya que Carlos entró en este establecimiento un día después de los hechos.
Han manifestado que el acusado les dijo a ellas y a un cliente que necesitaba dinero para viajar a los Estados Unidos porque su mujer, que estaba embarazada, había fallecido debido a la covid.
Cuando la madre y la hija vieron la foto del acusado en los periódicos llamaron a la policía para contar que este hombre había estado en el bar.
Hoy también estaba prevista la declaración de dos testigos a petición de la defensa, pero no lo han hecho porque se encuentran en paradero desconocido.
La Fiscalía pide para el acusado una pena superior a los 33 años de prisión por los delitos de asesinato, aborto y profanación de cadáveres, teniendo en cuenta además la atenuante de parentesco.
Está previsto que el juicio con jurado popular finalice el próximo día 21 de este mes.