Según el escrito de la Fiscalía, los hechos tuvieron lugar en la madrugada del 14 de mayo de 2019, cuando el acusado acudió al domicilio en el que convivía con sus padres y dos de sus hermanas, manteniendo una discusión con su padre, de 81 años de edad, con quien mantenía una mala relación y con quien había discutido también el día anterior.
Tras la discusión, el padre se dirigió a su dormitorio, siendo seguido por el acusado, que llevaba en la mano una navaja que había cogido en la cocina. Ya en el dormitorio, hubo un primer forcejeo entre acusado y víctima, en el que, siempre según la Fiscalía, el acusado se puso encima de su padre sobre la cama. La navaja cayó al suelo durante el forcejeo.
La pelea continuó en el suelo de la habitación, momento en el que el hijo volvió a coger la navaja y le asestó a su padre al menos cuatro golpes dirigidos al cuello. A consecuencia de estos hechos, la víctima sufrió un shock hipovolémico lo que le causó la muerte.
Posteriormente, el acusado huyó de la vivienda a través de una ventana cuando se percató de la llegada de agentes de la Guardia Civil, siendo descubierto y detenido horas más tarde en un edificio en semiconstrucción en una zona próxima a la vivienda.
En el escrito también se refleja que el acusado padece un retraso mental ligero que, unido al consumo de unas cervezas, si bien no le impedía conocer la ilicitud de sus actos y actuar conforme a dicha comprensión, sí limitaba ligeramente su capacidad de comprender las consecuencias de sus actos.
Para el fiscal, los hechos suponen la comisión de un presunto delito de homicidio doloso, en el que concurre el atenuante de trastorno mental y los agravantes de parentesco y abuso de superioridad.
El acusado se halla en situación de prisión provisional por estos hechos desde el día 15 de mayo de 2019.