El pasado jueves 13 de agosto se detectó en el burdel Las Palmeras de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) un brote de coronavirus, el séptimo hasta la fecha en el municipio manchego. Una semana después, el número de positivos se sitúa en doce y ninguno de los clientes del burdel se ha personado para realizarse la correspondiente prueba PCR.
Según han confirmado fuentes de la Consejería de Sanidad de Castilla La Mancha, "no ha aparecido ningún cliente por ahora", algo que endurece la tarea de los rastreadores. A pesar de las bromas que despierta la situación, el seguimiento se puede volver complicado porque, según han asegurado, no había registro de clientes y deben ser ellos mismos quienes se personen como contacto.
Las alarmas saltaron cuando una de las prostitutas dio positivo y el citado local tuvo que cerrar sus puertas. Siguiendo el protocolo, se realizaron pruebas PCR al resto de compañeras, de las que seis dieron positivo y tres negativo. En el ámbito personal, cinco personas en contacto con las siete trabajadoras dieron positivo y, por el momento, hay cuatro personas más en seguimiento.
"Para el rastreo confiamos mucho en la gente. Si no proporcionan información, es prácticamente imposible hacer el rastreo", comentan las mismas fuentes.
Se trata de un caso muy sensible para la opinión pública. No obstante, una de las enfermeras que trabaja en el equipo de Vigilancia Epidemiológica que realiza el rastreo de casos en la localidad manchega enfatiza que el brote se está siendo tratado "como cualquier otro" y subraya que "la privacidad de los datos personales está asegurada en todo el proceso".
A falta de los datos de las últimas 24 horas, la localidad manchega de Alcázar de San Juan suma un total de siete brotes activos y 50 positivos. Cuatro de estos siete brotes son de ámbito familiar, uno de ámbito laboral, otro en la residencia de mayores y el citado brote de doce positivos en el burdel Las Palmeras.