Según informa la Diócesis de Ciudad Real en un comunicado, Antonio Algora ingresó en el hospital el pasado 20 de septiembre aquejado de una neumonía bilateral causada por la COVID-19.
En la madrugada del 22 de septiembre sufrió un empeoramiento que llevó a los médicos a intubarlo, apli-cando cuidados intensivos. Así ha permanecido muy grave, aunque estable.
Desde la Diócesis de Ciudad Real se sigue pidiendo a todo el pueblo de Dios la oración y la ofrenda de la eucaristía diaria por la fortaleza en la enfermedad y la recuperación de nuestro obispo emérito.