Así lo ha asegurado la delegada de la Junta de Comunidades en Ciudad Real, Carmen Teresa Olmedo, al hacer un balance del ejercicio pasado que acabó con 20.200 prestaciones y unos 16.500 beneficiarios.
Y todo ello en medio de la pandemia del coronavirus. Son cifras que casi duplican a las que había en julio de 2015, cuando Emiliano García-Page comenzó a gobernar en Castilla-La Mancha.
Además, el Sistema de Atención a la Dependencia supuso un importante generador de empleo, logrando Castilla-La Mancha un incremento del 14% en la contratación indefinida, el doble que la media nacional.
El año pasado en la provincia de Ciudad Real había más de 2.100 trabajadores en estos servicios, de los que unos 1.550 eran auxiliares. De estos, 900 fueron contratados por los ayuntamientos y 655 por empresas privadas. Mientras, en las residencias públicas y en el Centro Guadiana de Ciudad Real había más de 600 trabajadores.
Olmedo ha subrayado la importancia de estos empleos porque benefician sobre todo a las mujeres y al medio rural.
En cuanto a los usuarios de los servicios de dependencia de la Junta, por ejemplo en la provincia había 2.900 en plazas residenciales, 4.600 recibían ayuda a domicilio y 4.400 tenían teleasistencia.
La delegada de la Junta también ha destacado la reducción en un 39% de las listas de espera en la región en materia de dependencia, mientras que el tiempo medio de atención ha pasado de 248 a 214 días.