Según explica el instituto armado en nota de prensa, esta investigación tuvo su origen al identificar en una vigilancia a prevención un vehículo tipo monovolumen en el que viajaban varias personas y transportaban varias sacas y material de trabajo.
Estos se desplazaban a través de un olivar de La Puebla del Príncipe (Ciudad Real) sin poder informar de hacia donde se dirigían, además de dar entre ellos varias versiones contradictorias, lo que llevó a pensar a los investigadores que estas personas podrían estar dedicándose al robo de aceituna, que además había sufrido un repunte en la zona durante las semanas anteriores.
La investigación se centró sobre estas personas, averiguando que residían en la localidad de Herencia (Ciudad Real) y que todas las mañanas salían en varios vehículos con distintas direcciones, recorriendo varias extensiones de olivar de las provincias de Ciudad Real, Toledo y Cuenca, regresando por la noche a algunas de estas ubicaciones a robar aceituna.
Tras realizar varios seguimientos se pudo averiguar donde entregaban la aceituna robada, almazaras de las localidades de Malagón y Tarancón (Cuenca).
Gracias a todos estos operativos de vigilancia se llegó a interceptarles más de 10.000 kilos de aceituna robada, algunas veces en los vehículos en los que circulaban y otras veces en las mismas almazaras donde la vendían, paralizando las ventas y los pagos.
Una vez que se obtuvieron todas las pruebas e indicios sobre la autoría de estos hechos delictivos, entre los días 31 de enero y el 2 de febrero se detuvieron a diez personas. A siete de ellas se les detuvo por una veintena de robos y hurtos en explotaciones agrícolas, así como por delito de pertenencia a grupo criminal, delitos por los que también se investigó a cuatro personas más. Las otras tres personas regentaban dos almazaras donde se compraba la aceituna robada, por lo que fueron detenidas por un delito continuado de receptación.