Los hechos enjuiciados tuvieron su origen en los ruidos causados por ambos restaurantes que, durante varios años, vinieron sufriendo los vecinos de un edificio situado en los aledaños.
Dichos ruidos causaron perjuicios de carácter psicológico a los vecinos, los cuales habían venido denunciando sus padecimientos sin éxito ante el Ayuntamiento de Ciudad Real y otras autoridades.
El letrado de estos vecinos, Jesús Barroso, se ha mostrado satisfecho con la resolución dictada por el Tribunal Supremo, pero advierte de que los ruidos continúan en la actualidad, sin que el Consistorio haya realizado ninguna actuación al respecto.
Por ello, actualmente se están estudiando las medidas jurídicas para responsabilizar directamente al Ayuntamiento de Ciudad Real por su absoluta inacción y desentendimiento de la situación.