Las mismas fuentes señalan a Onda Cero que las Tablas de Daimiel están muy próximas a la desecación total. Se puede decir que de las 1.750 hectáreas que se pueden encharcar, apenas el uno por ciento de la superficie tiene algo de agua.
A pesar de la mala situación por la que atraviesa, el parque ha recibido este año 65.000 visitas hasta el pasado mes de julio, es decir, más o menos una cifra muy similar que en el mismo período de tiempo del año pasado.
LOS ECOLOGISTAS HABLAN DE COLAPSO AMBIENTAL
Rafael Gosálvez, representante de los grupos ecologistas en el Patronato Rector del Parque Nacional, ha manifestado en Onda Cero que se trata de una desgracia y un colapso ambiental como consecuencia, no solo a la falta de lluvias y al calor, sino sobre todo al regadío intensivo que hay en el Alto Guadiana.
Asegura que ahora mismo se puede decir que técnicamente las Tablas de Daimiel están secas.
Recuerda que las Tablas tienen una capacidad de recuperación brutal en el momento en que le llega algo de agua, como ya ocurrió en 1997 o 2010, y ahora puede volver a resurgir. Sin embargo, recalca que es un parque que funciona de manera intermitente, al contrario de lo que ocurría hace 50 años cuando fue declarado espacio natural.
¿PODRÍA PERDER LA CATALOGACIÓN DE PARQUE NACIONAL?
Rafael Gosálvez señala que si no se cumplen con los requisitos, las Tablas de Daimiel podrían perder la catalogación de parque nacional aunque los ecologistas no defienden esto y lo que reivindican es aumentar la extensión del espacio protegido, acompañándolo de una serie de medidas como la restricción del regadío para la agricultura.
Gosálvez ha pedido la dimisión del presidente del Patronato del parque, Esteban Esquinas, porque apenas está informando de la situación del humedal y en 2023 este órgano únicamente ha celebrado una reunión.