En este sentido, los hechos tuvieron lugar el pasado viernes, 29 de mayo, cuando el varón, sin conocer los resultados de su PCR, se subió al avión sin respetar el aislamiento que debía guardar por ser contacto directo de un familiar fallecido por coronavirus.
Previamente, el hombre, que reside en Lanzarote, había viajado al municipio de Manzanares, en la provincia de Ciudad Real, tras ser informado de que su madre estaba en mal estado de salud el 18 de mayo por complicaciones de su enfermedad, falleciendo el día 23 de mayo.
Tras la muerte de la mujer se detectó que era positivo en COVID-19, motivo por el que se aplicó el protocolo con todas las personas que habían tenido contacto directo con ella y, al realizar la PCR a su hijo, éste dio positivo en coronavirus, si bien el hombre se montó en el avión sin saber los resultados de estas pruebas.
Acto seguido, las autoridades sanitarias de Castilla-La Mancha intentaron localizar al varón para informarle de su PCR positivo.
Sin embargo, en ese momento ya estaba volando hacia Lanzarote, lo que hizo que el Ejecutivo manchego diera aviso a la Guardia Civil de Canarias para informar de que había una persona que había cogido un vuelo que hacía el trayecto Madrid-Lanzarote y había estado en contacto directo con una fallecida por COVID-19, alertando de igual modo de que el PCR de ese hombre era positivo por coronavirus.
Todos estos hechos provocaron que se activara el protocolo de actuación para un caso de este tipo, de tal forma que cuando el avión aterrizó en Lanzarote, la Guardia Civil ya estaba esperando.
El hombre tuvo entonces que estar aislado, al igual que las 14 personas que estaban a su alrededor, si bien ahora, una vez realizadas todas las PCR, todos han dado negativo.