Como siempre, será el 31 de diciembre a las 12:00 horas. Este año sí que se puede hacer, no solo porque lo más duro de la pandemia ya pasó sino también porque el cauce del río lleva bastante agua debido a las lluvias que se han registrado en diciembre.
Aunque el año pasado el consistorio lo tuvo que suspender a última hora, unas 60 personas decidieron meterse en el río por su cuenta. Pero ahora el Ayuntamiento volverá a organizar esta jornada festiva y reivindicativa.
La alcaldesa, Elena Tamurejo, asegura en Onda Cero que hay bastante ilusión y ganas de despedir 2022 con el chapuzón en el Bullaque.
Después del baño se servirá un caldo caliente para quienes hayan participado en el chapuzón. Son muchas las personas que se acercan a El Robledo para presenciar esta tradición. A todos ellos también se les ofrecerá más tarde una comida popular con migas y judías.
Tamurejo se ha felicitado por el buen estado que tiene ahora el río Bullaque, cuyo cauce ha podido recuperar bastante agua en poco tiempo.
Además, agua cristalina que invita a bañarse, dice la alcaldesa, y que viene muy bien para asegurar el abastecimiento humano y para las cosechas de los agricultores.
El chapuzón en el Bullaque es una tradición que comenzó en 1995 cuando varios vecinos decidieron bañarse el 31 de diciembre para festejar que el río llevaba agua tras unos duros años de sequía.
Solo en dos ocasiones se tuvo que suspender el baño, 2020 y 2021, debido a la pandemia del coronavirus.